Thursday, August 12, 2010

A Nuria desde el Hotel Rialb

La realidad de la excursión fue sencilla, con caminos ya conocidos en mi Narnia particular: Salí de Rialb en vehículo hasta algo más arriba del pueblo de Queralbs, desde ahí, andando, por la carretera hasta una desviación a la izquierda por un camino particular hasta enlazar al camino de la Font de l´home mort. En la fuente, después de beber, seguimos por el camino a Font Alba, llegados allí, intentamos llegar al Puig Mal, pero el mal tiempo nos retrajo. Bajamos pues al camino de Nuria desde Font Alba, llegamos a Nuria y volvimos por el camino de Queralbs por la senda que sube encima del cremallera desde el puente alto. Salimos a las 8:30, más o menos, y llegamos a nuestro coche, de vuelta, a las 5:15 de la tarde con los primeros truenos de una tormenta que amagó.






Pero hay otras realidades, las de mi Narnia particular:

Puede que exagere, pero quizá para un madrileño, con raíces cántabras, pero que estudió en Madrid y veraneó en Castro Urdiales, el frescor, el verde y el mar bravío han sido mis Narnias de crío; lugares donde la imaginación voló corriendo por los prados, por las pozas de las rocas en marea baja, por la vía del tren que ya no corría, por el monte de la Virgen, por las carreteras y caminos de montaña.



Hoy, más maduro, afincado en Zaragoza, mi Narnia es el pirineo tanto oscense oomo catalán, los más próximos a mi lugar de residencia. Por eso, siempre que puedo voy al Valle del Freser, a Rialb, a pasar unos días y, realmente uno se transforma.

Salir del Hotel es ver un verde lleno de matices, una promesa de aventuras, una sensación de retorno a épocas primitivas en las que el hombre hablaba con la naturaleza, ella le desvelaba sus secretos, captaba los espíritus del bosque y daba gracias a Dios por todo: su salud, sus setas, su ganado, sus bosques, su familia y sus Iglesias. Todo a dimensión del inmenso monte, muestra la grandeza del observador, de pequeño ser humano que se adentra en recovecos y veredas con cuadros cambiantes al ritmo de su andar.

Andar a la Font de l´home mort (me perdonen los catalanes mis errores en su lengua), es caminar al nombre de la leyenda, por una senda a media altura entre Queralbs y las primeras cimeras, que subiendo suavemente, avanza sobre pastizales hasta, al final, topar con un incipiente bosque. En un momento determinado se ve, en la otra ladera, la cueva de la mina Zaragoza, y ahí, la toponimia hermana dos tierras de la misma corona, que siempre se han llevado bien.

La Font de l´home mort guarda viejas leyendas, y también las nuevas si se quieren inventar.:

"Cuenta la leyenda, que un caballero aragonés volvía después de una Cruzada, a sus tierras por el camino del Pirineo, sin prisas, disfrutando ya en Cataluña de la acogida de una tierra hermana, y al llegar a la font quiso beber en ella. La Ninfa de la fuente se enamoró del guerrero e hizo surgir una leve brisa que agitó los acónitos produciendo un efecto adormecedor en las aguas que bebía.

El guerrero quedó ahí dormido por la magia de la Ninfa que contemplaba así en vida latente a su amado cautivo. Pero viendo que un dormido no es plenamente poseído, se hizo mortal y mostrando toda su belleza, despertó al guerrero que quedó prendado de la dama, se estableció en el lugar y fundó la villa de Queralbs en el lugar que sabiamente le mostró la Ninfa: un sitio que es bañado ya con el primer rayo de sol y no deja de lucir hasta el atardecer cansino del sol"

Las sendas que van al Puigmal tienen la belleza de los prados de montaña, culminados por el roquedo con apenas vegetación de las cumbres pirenaicas, un lugar en el que la vista se recrea, vuela a largas distancias y compite con el águila sólo para mirar. Ahí los sarrios (isars) van colonizando el territorio y compiten con las marmotas por el verde prado. Es impresionante ver el entusiasmo, en verano, de familias enteras que coronan la cima, además de otras cordadas de montañeros más expertos. Los primeros suelen subir por la cuesta desde el valle de Nuria, los otros desde el Pla de las Barracas o desde Font Alba. El hecho es que ese pico es más que un pico, es un lugar de reunión, de exultación por el fin conseguido y de unión entre montañeros a los que nadie pregunta ni ideología ni idioma ni nada.





Pero esta vez no estuvimos allí. La tormenta se comenzó a formar a las 12:00 y, si bien al final no descargó hasta más tarde, la prudencia nos hizo cambiar de plan y desandar lo andado desde la Font Alba hacia la cima y seguir la senda concurridísima que lleva a Nuria.




En ese camino van personas de todas las edades, algunos excursionistas, otros, además de lo primero, devotos de la Virgen de Nuria, otros además devotos que van a devolver el favor, y otras "Nurias" que le deben el nacer y el nombre.

En Nuria, en el hostal, hay un ambiente que ya me gustaría que fuese el lugar común de nuestro verano. El monte, con su dificultad y su belleza, abre la mente, invita al esfuerzo, fomenta la solidaridad, la aventura, la ilusión del descubrimiento. Habrá miserias, pero pueden más las bellezas y la alegría fruto de una vida más natural que eso de espachurrarse al sol para ponerse morenos y, sin apenas pudor, forzar que los demás vean nuestros excesos de grasa, o nuestras "desvergüenzas". Poco se aprecian a sí mismos los que para llamar la atención necesitan lucirse del todo.

En Nuria el lago, la Iglesia, el cesped, los potrillos, los burros catalanes, con perdón, pues también los hay manchegos, aragoneses y de otros lugares, pero estos son de "raza" catalana, dan alternativas y colorido al ocio derivado de los visitantes provenientes de las descargas humanas que provoca el "cremallera".

Yo esta vez aproveché el descuido y "que no había nadie" para poner mi cabeza bajo la campana de Nuria, y le pedí... y espero volver para agradecerle "no una nuria, pues eso no pedí" sino lo que la Virgen sabe tengo en mi corazón... que es como la "Piaza del Populo" de Roma, lleno de personas, de proyectos y de ilusiones.



La vuelta fue por el nuevo camino de Nuria a Queralbs, rehecho por los que gestionan el cremallera, con vistas maravillosas y con algún firme hormigonado pero con losetas de lajas en plan de empedrado.

Mi amigo Jaume me cedió las fotos, pues esta excursión, en cuanto fotos, creo la tengo ya en el blog de monte y esta vez quería sólo disfrutar de paisaje, de amigos, de sorpresas del camino... y de la posibilidad de soltar algún piropo en castellano a Nuestra Señora de Nuria que sabe, me consta, todos los idiomas del mundo.

frid

Sunday, August 01, 2010

Vuelta a los lagos d´Ayou, saliendo desde Astún

En verano la cota 2000 es accesible, las nieves se han retirado y puede pensarse en hacer las cimas de los tres miles. Pero esta vez nuestro objetivo era un paseo por una zona de ibones que hay en Francia cercana a la estación de esquí de Astún.

Para hacer el recorrido desde España, lo mejor es dejar el vehículo en la urbanización de Astún. Al final del aparcamiento sale una senda que sube hacia el ibón de Escalar. Ahí, en Escalar, hay una fuente estupenda que han arrreglado para que sea más accesible y que recomiendo para rellenar las cantimploras, agua fresca y saludable.

Desde Escalar, para un paseo sencillo, se puede volver al ibón de Astún y bajar a la Estación. Cuando funciona el telesilla se llega hasta ahí con el remonte.

También desde Escalar se puede ir al pico des Moines, pasando antes por el collado des Moines a 2168 metros. Nosotros llegamos al Collado y, desde ahí, nos bajamos a la vuelta circular de los lagos.

Creo que lo más sencillo, viniendo de España, es bajar hacia el lago Casterau, que deja a su izquierda el pico Casterau y, desde ahí, bajar rápidamente al valle del Gave de Bious que desagua en el lago de Bious-Artigues, para retornar por la parte más bonita de la excursión y subir por la mayor sombra posible.

Si sumamos desniveles: desde Astún hasta el ibón de Escalar son unos 300 metros, desde Escalar al collado de los monjes unos 100 metros, y el descenso hasta el Puente de Bious, donde comienza el desvío a los lagos, de unos 650 metros. A eso hay que añadir otros 100 metros de la cuerda última que va desde el collado de Bersau al collado de los Monjes. Y el tiempo invertido en toda la vuelta es de unas ocho horas (y si hay baño incluido podría añadirse alguna hora más).

Durante el descenso hacia el lago de Bious-Artigues tenemos siempre enfrente la mole del Midí que, con sus 2800 metros de altitud, se yergue majestuoso sobre el valle y domina el paisaje.

Al llegar al puente de Bious nos desviamos a la derecha en una senda muy bien marcada que lleva a los lagos. El primer tramo es por un bosque de hayas y abetos, pero principalmente es un hayedo. Ahí había varios tipos de setas no comestibles, pero localicé un robellón de abetal (anaranjado). Pasado el bosque, a más de 1800 metros de altitud, vamos topando con los distintos ibones: Lac Roumassot, Lac du Miey, Lac Gentau y Lac Bersau.

En el entorno del Lago Gentau está el Refugio d´Ayou y la senda que lleva al collado d´Ayou y al pico del mismo nombre. Desde ese collado se puede bajar al Chemain de la Mature, que hicimos hace dos semanas y que otras veces recorrí con un vehículo en cada inicio de recorrido.

En el Lac Bersau descansamos un rato, remojamos los pies mientras los alebines de trucha nos mordisqueaban los piececillos... y bajamos lo justo para entroncar con el camino que volvía al Collado de los Monjes, de ahí al lago Escalar, bebimos de nuevo en su fuente y retornamos al vehículo en Astún.

Hagamos ahora el recorrido fotográfico:

Salida desde la Estación de Astún

Astún, al fondo el Aspe

Ibón de Escalar


Fuente de Escalar

Subida al collado des Moines

Collado des Moines



Lac du Pla de las Baques

Pic Casterau

Lac Casterau

forado

Valle del Bious



Hacia el Midí

Pic de Astún

Bosque de hayas

Al fondo el Pic Casterau

Río Bious

En las hayas

boletus satanas

setas

frid, al fondo el Midí

Lac Roumassot

Lac Roumassot



Lac de Miey

Lac Gentau y refugio d´Ayou

Lac Gentau y Midi d´Ossau

pequeño lago

Lagos pequeños encima de Gentau

Lac Bersau

Collado de Bersau hacia el collado de los Monjes