Desnivel cercano a los 1.200 metros. Tiempo de recorrido: 9 horas y media. Fácil.
Partimos de Zaragoza con la ilusión de hacer Bacun desde la Garcipollera, pero pensamos que esta semana pasada había llovido mucho y los barrancos estarían crecidos. También nos animó el interés de conocer las excursiones posibles en el entorno de Villanua y Castiello y salimos a investigar por Castiello.
Nuestro pinto de salida era la plana de Artal desde donde se veía la mole del Collarada.
Cruzamos el río Aragón por el GR-15 y seguimos por senda hasta la ermita de San Juan. Ahí abandonaríamos el GR-15 para encaminarnos al pueblo abandonado de Cenarbe.
Antes de ello pudimos contemplar cómo la técnica y la naturaleza se abrazaban en las revueltas del Canfranero (Ferrocarril emblemático de Aragón) para coger altura e ir subiendo hacia Canfranc.
Esa es la ermita de San Juan, encalada y de muy sencilla apariencia.
Comenzamos a divisar el pueblo abandonado de Cenarbe. El lugar "cajigal del Ferreiro" habla de forgas antiguas. Apenas queda de pie la torre de la Iglesia. Una pena.
Primer parón: el depósito de agua que hay encima de Cenarbe. El Depósito anterior, que está a unos doscientos metros de la Ermita de San Juan, está en el GR-15 que ahí tiene perdida la señal.
Desde este punto tienes la alternativa de volver por Villanua o bien subir por la Punta de la Selva al Bacun.
Final de la Punta de la Selva y conexión con la cuerda del Bacun. Nieve recién caída, no había hielo y se hizo fácil la subida.
Acercándonos por la cuerda a la Punta Bacun.
Barranco de la Garcipollera desde la cuerda del Bacun.
Volvimos por la cuerda del Bacun al GR-15, bien señalado y desde donde se divisa el pueblo de Cenarbe en la otra ladera.
GR-15 antes de llegar a la ermita de San Juan
Ya al final del camino... hacia el coche.
Despedida con telaraña.
Magnífica excursión. Una recomendación: señalar la conexión del GR-15 después de la ermita de San Juan. Se debieron quitar las señales al reparar los pontones del camino.
frid
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