Monday, April 12, 2010

Nuevas sendas en el entorno del Erata: camino de Ainielle



Este sábado hicimos una excursión de esas que se guardan para siempre en el recuerdo. Un reto en el prepirineo bien conocido: encontrar una senda antigua y recuperarla con nuestro andar. Así que fuimos a investigar el entorno del monte Erata pensando que, cuando hicimos la vuelta al Erata (Ver. Excursión circular por el valle del Espierre en Huesca. Coronando el Erata (2003 m) ) encontramos una senda que parecía bien marcada que sale en el collado del Pelopín y Punta Chunda.

En realidad había cierta duda sobre qué hacer, pero nos echó para atrás en eso de entrar en la zona del valle de Tena el pensar que era el último fin de semana de esquí y que, lo normal, sería encontrarnos cola para llegar a Formigal. Además la mucha nieve implicaría un andar más fatigado aún con raquetas.

Por eso nos paramos en Oros Bajo, cerca del parque infantil y la fuente. Y partimos por el PR que sube hacia Barbenuta y Espierre. Ese camino está bien señalado y se puede alcorzar fácilmente hasta la carretera. Ahí vuelve a seguir el camino con una variante debido al derrumbe del antiguo en una zona muy inestable de flix (una alternancia de margas y areniscas muy fragmentada que se mueve con el agua como si las areniscas estuviesen untadas de mantequilla)

En Bergusa bebimos agua muy buena de la fuente de la plaza pública.

A la salida de Bergusa baja un camino hacia el río, al Barranco de Espierre. Ahí nos saltó un corzo que en un "plis plas" se puso unos cien metros por encima de nosotros como si volase. Con ese ritmo recorreríamos todo el monte como por arte de magia, o arte de cuadrúpedo veloz.

El río, crecido por el inicio tímido del deshielo, se podía cruzar fácilmente porque estaba dividido en varios ramales en la zona del vado. Nos encaminamos al monte y seguimos una senda que hace unas lazadas larguísimas. Aquí iniciamos nuestra primera investigación desviándonos por lo que parecía una tiradera y, realmente, es un camino antiguo que llega al collado de Forcons sin tantas vueltas. Desde ahí se llega al collado entre el Pelopín y Punta Chunda. E iniciamos nuestro segundo viaje a lo desconocido, con éxito porque estoy aquí bien contento.

Una observación: estos caminos necesitarían un mejor cuidado del Gobierno aragonés, son muy interesantes, una alternativa al Pirineo en invierno y, sin embargo, abunda la maleza que se está apoderando de ellos, en especial en la zona donde hubo cultivos, donde los rosales se escriben con mayúscula, y dejan de ser poesía para convertirse en saetas bien certeras.

Esa senda, que baja a Ainielle, comienza bien porque hay ganadería y la tiene más o menos limpia. Hace también muchas lazadas y llega, en ziz-zag hasta los campos de Ainielle. Ahí los pinos de reforestación compiten en pujanza con los rosales de ocupación y son una trampa pinchuda para las prendas de vestir.

De esa senda se llega al camino tradicional de Bergusa a Ainielle en el que también se ha permitido que las zarzas y los rosales cierren la traza. Siempre hay algún paso alternativo pero se nota descuido.

Una vez llegados a Ainielle, después de almorzar, nos volvimos bajando por la senda a la pista de Oliván. Por pista llegamos al pueblo y, después, por el GR 16, retornamos a Orós Bajo.

La excursión con paradas duró unas nueve horas. Al llegar a Orós, en la zona del baden hormigonado, refresqué los pies después de la caminata.

La vuelta: recordar con agrado el paseo; incluso la conversación con un matrimonio granadino que nos habló de otros pueblos abandonados en la zona minera de su tierra. Dio la casualidad que ese día llevamos cerveza granadina: una Alhambra negra; ellos nos aconsejaron la "verde" que es mejor.

Esta vez no hice fotos, salvo una del Midí por lo impresionante que era su visión desde la cuerda del Erata por la brecha del valle de Tena, y otras dos fotos al pueblo abandonado de Ainielle.

En compensación ofrezco el plano marcado con las excursiones realizadas en ese entorno, en el que todavía quedan sendas por investigar.

frid



Al fondo el Midí


Casas abandonadas de Ainielle. La maleza se está apoderando de todo.

Iglesia de Ainielle, lo poco que queda de ella.