Por la sierra de Alcubierre transcurre esta agradable excursión que para muchos resultará conocida, pero puede que alguien como yo no la haya recorrido nunca y le pueda interesar para pasar una buena tarde de hacer ejercicio de senderismo y descubrir un nuevo lugar cerca del pueblo de Farlete y Alcubierre.
Como podéis sospechar yo no soy una gran alpinista, así que la dificultad es baja y tan sólo es recomendable llevar ropa deportiva, calzado adecuado para caminar y gorra para este sol que nos acompaña en estos días.
Podremos tener una estupenda vista de las mayores alturas de la sierra, el Monte Oscuro y San Caprasio ; y también la oportunidad de ver la diferente vegetación de la zona con sus bosques de pino carrasco y sabinares de sabina albar , unida a una vegetación más seca de matorral de tipo mediterráneo y cardos.
Al alcanzar la ermita de San Caprasio se pueden reponer fuerzas de la caminata y admirar gran parte de la hermosa sierra de Alcubierre, así como de montes de la provincia de Huesca y Teruel.
Se puede también bajar por un sendero la ladera hasta un roquedo arcilloso donde se encuentran las cuevas excavadas por los miembros de la comunidad religiosa de la ermita Hermanos de Jesús.
Muy cerca de la llegada a la ermita veremos un monumento en piedra de la Virgen del Pilar con su himno de alabanza y la cruz de Santiago, donado por los habitantes de Alcubierre y demás pueblos de la zona. Es hermoso encontrar allí arriba a la Virgen porque parece que te acoge como madre siempre de peregrinos y se te olvida el calor o fatiga pasados por el camino. A la vez es bellísimo recuperar energías rodeado del paisaje magnífico de la sierra de tal modo que apetece pasar allí arriba un buen rato en contacto con la naturaleza y olvidando nuestros pequeños y grandes afanes de cada día.
Creo que en este tiempo de calor es bueno aprovechar alguna pequeña excursión como la citada para desconectar de la ciudad y sus “problemas” y empaparnos de la belleza y sencillez que nos brinda la tierra y el medio ambiente.
Personalmente encuentro mucho mejor la paz interior y veo desde otra óptica los afanes diarios cuando me rodea algo tan sencillo y espectacular a la vez como el nacimiento de unas pequeñas florecillas en el camino o el crecimiento de unos pinos recién plantados, que no tienen nuestras preocupaciones pues su vida es tranquila y unas veces efímera , otras duradera, pero siempre pacífica.
tomillos
sabinares
ermita de San Caprasio
Cuevas de San Caprasio en yesos.
Al fondo la ermita.
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