Este domingo, domingo mariano, decidimos unos amigos apuntarnos a la Romería a pie desde Barbastro a Torreciudad.
Comenzamos desde Barbastro, en la Plaza de la Diputación, la caminata a eso de las 7:15 a.m.
Un grupo de más o menos 60 personas, que resultó un equipo de magníficos andarines.
Unos 26 kilómetros y 5 horas y media con paradas. Poco desnivel y ninguna dificultad, salvo la posible fatiga. Pero un regalo a la Madre de Dios.
Saliendo del casco urbano comenzamos a rezar la primera parte del Santo Rosario. Hubo tiempo para rezar, para hablar y conocer a los demás peregrinos. Al final diría que eramos un grupo de amigos, porque cinco horas dan para mucho, para conocerse y para comprenderse. Además... los romeros siempre van con ánimo generoso y alegre.
Primavera... por supuesto. Incluso cogí alguna seta "despistada". Cuadro de mayo.
Durante el recorrido, aliviando la marcha, nos acompañaron las nubes, que nunca amenazaron lluvia hasta después de la Santa Misa y, aún así... aguantó bien el tiempo por la tarde.
Los caminos, húmedos de las recientes lluvias, eran "suaves a la pisada", mullidos, agradables y sin polvo. Un lujo no solicitado.
Aquí comenzamos a dejar los caminos para ir por sendas, sendas ciclables.
Nuestros charcos.
Acercándonos a la primera parada en Costean con unas nubes como boinas para no achicharrarnos por el sol.
Olivos y llegada a Costean... que debería llamarse "cuesta máxima"... pues es cuesta el llegar y cuesta el ir por el pueblo.
Entrando en Costean. Ahí hicimos la primera parada, la de las "naranjas" que ofreció la organización a los romeros.
Saliendo de Costean comenzamos a rezar la segunda parte del Rosario.
Al fondo se ve el valle del Cinca.
Una balsa y una bajada interesantes.
Acueducto del Cinca
El Grado, el Embalse y... al fondo, el final del trayecto: Torreciudad, santuario mariano.
Esto es un barranco que, también, es desagüe del canal del Cinca.
La acequia marca el camino.
Ya habíamos rezado las tres partes del Rosario y nos acercamos al punto de descanso, en la carretera del Grado, donde nos obsequiaron, a los peregrinos, con cerveza con limón y frutos secos.
Embalse del Grado.
Encuadrada Torreciudad y su ermita. La meta se acerca, llega la quietud del bien encontrado y de los frutos madurados en el andar sereno. Ya vamos los nuevos romeros a poner a los pies de Nuestra Señora los anhelos más grandes y mas pequeños. Todo cabe en su regazo maternal... y no queremos que haya una pizca de vida que no sea de su agrado... ni una necesidad que no se la imploremos.
Algunos seguimos el GR para no ir el último tramo por la carretera, somos los menos... y llegamos prácticamente al mismo tiempo.
Torreciudad vista desde el GR prácticamente llegando al aparcamiento de vehículos.
El Centro de visitantes, también del Arquitecto Heliodoro Dols. El vehículo era el vehículo de la intencencia.
Vista de la carretera de Barbastro a Huesca desde el Monasterio del Pueyo. La traza en tierra es la nueva autovía en construcción.
Promesa: Repetiremos esta experiencia.
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